Si alguna vez has escuchado a alguien hablar sobre los FPS en videojuegos y te has preguntado qué significa exactamente, estás en el lugar correcto. En el mundo de los videojuegos, hay una gran cantidad de términos técnicos que pueden parecer complicados al principio, pero que en realidad son bastante fáciles de entender. Uno de estos términos clave es el FPS, o frames por segundo, que es fundamental para saber cómo se ve y se siente un juego mientras lo juegas.
Los FPS influyen directamente en la calidad visual y la experiencia de juego, ya que determinan cuántas imágenes se muestran en la pantalla cada segundo. Esto afecta la fluidez del movimiento y la percepción que tienes del juego. Si alguna vez notaste que un juego se veía entrecortado o lento, probablemente estaba corriendo a un número bajo de FPS. En cambio, aquellos juegos que se ven suaves y fluidos suelen tener un alto número de FPS.
Una explicación sencilla de este concepto ayuda a comprender por qué los gamers prestan tanta atención a esta cifra y por qué se preocupan por mantenerla estable. Así que, si quieres entender qué es FPS y cómo afecta tu experiencia al jugar, sigue leyendo. Te lo vamos a explicar paso a paso, con un lenguaje sencillo y ameno.
¿Qué es FPS en videojuegos?
La expresión que es fps se refiere a la cantidad de cuadros o imágenes que se muestran en la pantalla de forma consecutiva durante un segundo cuando juegas un videojuego. Cada una de esas imágenes se llama frame, por eso también es común usar la expresión frames por segundo. En otras palabras, el juego “crea” muchas imágenes por segundo para simular movimiento continuo, y la velocidad a la que se reproducen esas imágenes determina qué tan suave o entrecortado se ve el juego.
Cuando el número de FPS es alto, el sentido de movimiento es fluido y natural, casi como ver un video o una película. En cambio, un número bajo de FPS produce una sensación más cortada o con “saltos”, lo que puede dificultar apreciar los detalles o hasta afectar la jugabilidad. Por ejemplo, en juegos donde la rapidez y precisión son fundamentales, como los shooters en primera persona, contar con un alto framerate es muy importante.
No solo se trata de la cantidad, sino que la estabilidad del FPS también es clave. Si el juego varía mucho entre momentos de muchos frames y otros con pocos, la experiencia se vuelve visualmente incómoda. Por eso los desarrolladores y jugadores buscan que el rendimiento del juego sea constante para lograr un buen equilibrio entre calidad gráfica y fluidez.
¿Por qué son importantes los frames por segundo?
Entender que es frames por segundo te ayuda a apreciar por qué esta medida es tan fundamental en videojuegos. La realidad es que el ojo humano ve el movimiento como una sucesión rápida de imágenes estáticas, y si esas imágenes no cambian con suficiente rapidez, la sensación de movimiento se pierde.
En un videojuego, la capacidad para mostrar más frames por segundo permite una mejor respuesta visual ante cada acción que realizas con el mando o teclado. Esto significa que si mueves el personaje o la cámara, la imagen en pantalla se actualiza más rápido, haciendo que el control se sienta más preciso y natural. Por eso, en juegos competitivos y de acción, los FPS pueden ser la diferencia entre ganar o perder.
Además, los FPS también influyen en la inmersión. Un juego que corre a baja tasa de frames puede parecer tosco o poco realista, lo que reduce la sensación de estar dentro del mundo virtual. La fluidez es importante para que los gráficos y animaciones se vean lo más naturales posible, y por eso los fabricantes de hardware y software se esfuerzan en optimizar los juegos para conseguir tasas altas y estables.
¿Cuál es la diferencia entre FPS y Hz?

En el mundo de los videojuegos, es común confundir los FPS con los Hertzios (Hz) de la pantalla, pero son conceptos distintos que trabajan junto para lograr una buena experiencia visual. Mientras que los FPS indican cuántas imágenes genera el juego por segundo, los Hz se refieren a cuántas veces la pantalla puede actualizar esa imagen en un segundo.
Por ejemplo, un monitor con una frecuencia de 60 Hz puede mostrar hasta 60 imágenes diferentes por segundo. Si tu juego corre a 120 FPS, pero tu pantalla es de 60 Hz, solo verá como máximo 60 frames. Esto puede causar que se sienta menos fluido de lo que podría ser en una pantalla con mayor Hz.
Para aprovechar al máximo el rendimiento de tu computadora o consola, es ideal que los FPS del juego y los Hz de tu monitor estén sincronizados o en equilibrio. Así evitas problemas visuales como el desgarro de imagen (“tearing”) o el “stuttering”, que son pequeños saltos o interrupciones en la imagen que distraen y afectan la experiencia.
¿Cómo afecta el hardware al rendimiento de los FPS?
Entender fps que es también implica saber que la capacidad para mantener un buen número de frames por segundo depende en gran medida del hardware que tengas. El procesador, la tarjeta gráfica, la memoria RAM y hasta el almacenamiento influyen en cuántas imágenes por segundo puede generar tu equipo.
Un hardware potente puede procesar rápidamente los cálculos necesarios para renderizar cada frame de forma detallada y a una alta velocidad, mientras que un equipo limitado puede mostrar menos imágenes por segundo o bajar la calidad gráfica para compensar. Por eso, si tienes una computadora antigua o una consola de generaciones anteriores, es posible que no puedas alcanzar los 60 FPS en juegos actuales con gráficos complejos.
Además, la optimización del juego y el sistema operativo también juegan un papel fundamental para maximizar el rendimiento. Las actualizaciones de drivers y parches para juegos muchas veces mejoran la gestión del hardware y permiten que los FPS se mantengan estables durante la sesión.
Los FPS en diferentes plataformas: PC, consolas y móviles

Los FPS no son iguales en todas las plataformas. En PC, por ejemplo, la tasa de frames puede variar mucho dependiendo de la potencia del equipo y de las configuraciones que el jugador elija. Esto permite a los usuarios ajustar calidad gráfica y resolución para equilibrar performance y calidad visual.
En las consolas, por otro lado, el hardware es fijo, así que los desarrolladores optimizan los juegos para que corran a un número estándar de FPS. La mayoría de las consolas modernas apuntan a 30 o 60 FPS, aunque las más recientes como la Xbox Series X o la PlayStation 5 están empezando a ofrecer opciones de 120 FPS en ciertos títulos, lo que mejora mucho la experiencia.
En móviles, lograr altos FPS puede ser un reto debido a limitaciones en batería y potencia, pero los dispositivos de gama alta están cada vez más preparados para ofrecer tasas cercanas a las de consolas. Los desarrolladores de juegos móviles también trabajan para ajustar dinámicamente los FPS, asegurando una experiencia fluida sin gastar excesiva energía.
¿Cuál es el FPS ideal y cómo saber si tu juego lo tiene?
Muchos jugadores se preguntan cuál es la tasa ideal de FPS para que un juego se vea y se sienta bien. En términos generales, 30 FPS es considerado el mínimo para una experiencia jugable decente, ya que permite movernos por el juego con suficiente fluidez. No obstante, 60 FPS es el estándar más apreciado porque ofrece un movimiento muy suave y una respuesta rápida a tus controles.
Existe un límite en el que el ojo humano puede notar diferencias en FPS, y aunque algunos jugadores profesionales buscan los 120 FPS o más en sus partidas, para la mayoría de usuarios 60 FPS brinda un equilibrio perfecto entre rendimiento y calidad visual. Todo depende también del tipo de juego que jugues: en juegos de estrategia o RPGs la tasa puede ser menos crítica que en shooters o juegos de carreras.
Para saber cuántos FPS está generando tu juego, existen herramientas dentro de muchos títulos o aplicaciones externas que te muestran en tiempo real esta información. Así puedes ajustar opciones gráficas y resolver problemas si notas caídas frecuentes o interrupciones que afectan la jugabilidad.
Conclusión
Entender que es fps y el concepto de frames por segundo es esencial para cualquier jugador que desee disfrutar al máximo de sus videojuegos. Esta cifra determina la fluidez y la experiencia visual, afectando directamente cómo percibimos el movimiento en pantalla y cómo respondemos a las acciones del juego.
Los FPS dependen tanto del hardware como de la optimización del juego y la pantalla, y aunque un número mayor suele ser mejor, mantener una tasa estable es igualmente importante para una experiencia satisfactoria. Conocer estas nociones te ayudará a tomar mejores decisiones sobre tus configuraciones, hardware y elección de juegos.
Así que la próxima vez que alguien te pregunte fps que es o quieras explicar a un amigo que es frames por segundo, podrás hacerlo con confianza y claridad, sabiendo que este pequeño número impacta enormemente en cómo vivimos los mundos virtuales. Y lo mejor es que entender todo esto es más fácil de lo que aparenta, solo hay que conocer los conceptos básicos para apreciar realmente el juego.